“Rosa
dedícame todo tu amor…”
Isabel nació en Lima, en 1586, décima de los trece hijos de los
Flores de Oliva, de origen noble español afincados en Perú. El nombre de Rosa
se debe a su belleza desde pequeña. Con el nombre de Rosa recibió la
confirmación y a los veinte años vistió el hábito de la Tercera Orden de Santo
Domingo, como Santa Catalina de Siena, su modelo de vida.
Vivió la compasión con aquellos que lea rodearon,
en un servicio alegre y generoso. Murió con treinta y un años en 1617.
En 1668, Rosa
fue beatificada por el Papa Clemente IX y canonizada tres años más tarde. Es la
primera Santa canonizada del Nuevo Mundo y es la patrona del Perú, de América,
de las Indias y de Filipinas. Es invocada como patrona de los floristas y
jardineros, contra las erupciones volcánicas y en caso de heridas o para
solucionar conflictos familiares.