«Para que
sean mis testigos» Hch 1,8
Octubre es sin duda en la Iglesia Católica un
mes muy especial. Es el mes dedicado a
las Misiones y al Rosario, y para nuestra familia, es el Mes Gianellino, porque
el 21 recordamos a nuestro Padre Fundador, San Antonio María Gianelli.
Octubre es el mes de las Misiones porque fue en este mes que se descubrió el
continente americano, abriendo así una nueva página en la historia de la
Evangelización. Se inicia el mes recordando a Santa Teresita del Niño Jesús,
que es patrona de las misiones. Ella vivió toda su vida en Lisieux y un día
comprendió cuál era su misión fundamental: “En el corazón de la Iglesia yo seré
el amor”. El Santo Padre profundiza en la naturaleza evangelizadora de la
Iglesia y nos llama a todos a ser, justamente, discípulos
misioneros.
Esta misión a la que todos los bautizados estamos llamados se
centra, sobre todo, en “estar disponibles a su llamada y vivir unidos al Señor
en las cosas más cotidianas, el trabajo, los encuentros, las ocupaciones de
cada día, las casualidades de cada día, dejándonos guiar siempre por
el Espíritu Santo”.
El Papa Francisco recordó que este mes es dedicado a Nuestra Señora
del Rosario, por lo que exhortó a recitar esta oración para confiar a la Virgen
María las preocupaciones personales, las necesidades del mundo y en particular,
el tema de la paz.