"Ave
María Purísima, sin pecado concebida”.
Cada 8 de diciembre la Iglesia Católica celebra la Solemnidad
de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
Se trata de una celebración de enorme trascendencia para los
cristianos, en la que se recuerda, con gratitud y alegría, el designio divino
por el que la Madre de Jesús quedó preservada del pecado original desde el
momento mismo de su concepción.
A mediados del siglo XIX, el Papa Pío IX, después de recibir
numerosos pedidos de obispos y fieles de todo el mundo, en comunión plena con
toda la Iglesia, proclamó la bula "Ineffabilis Deus" (Dios inefable)
con la que queda decretado este dogma mariano.