Solemnidad de la Virgen de Luján
09 de Mayo (trasladada)
Virgen de
Luján, Patrona de la República Argentina
Ayer
8 de Mayo fue la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. De tal modo, la
Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de Luján, Patrona de la República
Argentina, se traslada al lunes 9. Su origen se remonta
al año 1630. La devoción a la Virgen de Luján o Nuestra
Señora de Luján es una de las más populares del país. También tiene fieles
seguidores en países vecinos, ya que, en 1930, el Papa Pío XI la
declaró patrona de la República Argentina, Uruguay y Paraguay.
Hacia el año 1630, un portugués de nombre Antonio Faría de Sá,
hacendado de Sumampa, jurisdicción de Córdoba del Tucumán (hoy Santiago del
Estero), solicitó a un amigo suyo llamado Juan Andrea que le enviase desde
Pernambuco (Brasil), una imagen de la Concepción de María Santísima, con el
propósito de venerarla en la capilla que estaba construyendo en su estancia.
Juan Andrea cumplió el encargo y le envió no una, sino dos
imágenes de la Virgen, que llegaron al puerto de Buenos Aires. Una, según
el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, con el título de “la Madre
de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos.
Ambas imágenes fueron colocadas en sendos cajoncitos y
subidas a una carreta para comenzar el viaje a destino. Luego de tres días de
viaje, la caravana a la cual se incorporó la carreta hizo un alto a 10
leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para
pernoctar en la estancia de Rosendo de Trigueros. Al día siguiente, queriendo
proseguir el camino no pudieron mover la carreta. Admirados de la novedad
pasaron a individualizar la causa y declaró el conductor del convoy: “Aquí
vienen dos cajones con dos bultos de la Virgen, que traigo recomendados para
una capilla de Sumampa”, fue entonces cuando un joven negro llamado Manuel
dijo: “Sáquese de la carreta uno de los cajones y observemos si camina”.
Así se hizo, pero en vano. “Truéquense los cajones”, replicó él mismo.
Entonces ocurrió que al cambiar los cajones y al tirar los bueyes la carreta se
movió sin dificultad.
El primer sentimiento que embargó el corazón de los troperos y demás
personas presentes fue el asombro; y después de las consabidas demostraciones
de devoción y respeto, entendiendo que aquella imagen de la Purísima Concepción
deseaba quedarse en ese preciso lugar, resolvieron trasladarla a la casa de la
estancia de la familia Rosendo. Se trataba de la población más próxima a la
vera del camino real, llamada también entonces, por su ocupante actual, de
Bernabé González Filiano. Allí la depositaron, en el mejor lugar de la
vivienda, y le improvisaron un precario altar, donde comenzó a ser venerada la
Santa Imagen.
Con el tiempo, aquella pequeña escultura de sólo 38 centímetros dio
origen a la creación del espacio que hasta hoy visitan miles de fieles. El
primer santuario se inauguró en 1763, y el 8 de mayo de 1887, el Papa
León XXIII decidió coronarla como «Nuestra Señora de Luján», dando origen a su
festividad anual.