jueves, 7 de noviembre de 2024

¡Dios te salve llena de gracia!

La fiesta de María Mediadora de todas las Gracias la instituyó el Papa Benedicto XV en el año 1921, y en ella se nos invita a recurrir siempre con confianza a esta mediación incesante de la Madre del Salvador, para que obtengamos la gracia de hacer que toda nuestra vida, todo lo que deseamos, todo lo que hagamos sea para alabar y servir a Nuestro Señor Jesucristo.

El Concilio Vaticano II nos dice al respecto: “María, asunta al cielo, no ha dejado su misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Esto no resta ni añade nada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador” (LG 62).

Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Pero Él, no por necesidad sino por benevolencia, ha querido asociarse otros mediadores, entre ellos María.  El Concilio también nos dice: “la Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomienda a la piedad de los fieles, para que, apoyados en esta protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador” (LG 62).