"¡La trata de personas es violencia!”
El 18 de diciembre de
2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 68/192
decidió designar el 30 de julio como “Día Mundial contra la Trata de Personas”.
En dicha resolución, se señala que el día es necesario para “concienciar sobre
la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger
sus derechos”.
Las víctimas de trata son
privadas de su libertad, derechos y sometidas a situaciones de explotación
sexual y laboral, trabajos forzados, servidumbre doméstica, extracción de
órganos, mendicidad, entre otras modalidades. Cada año se establece un tema o
lema que permite analizar el estado de la cuestión. En 2022, el lema es
"Uso y abuso de la tecnología" en el sentido de que la tecnología e
Internet es una herramienta que permite la trata de personas, pero también puede
impedirla.
La Iglesia Católica
también se ha pronunciado contra la trata de personas. En el 2013, el Papa
Francisco dijo que los más afectados por este “crimen contra la humanidad” son
“los más vulnerables” y “los que provienen de situaciones de desintegración
familiar y social”.
Por ello, exhortó a los
gobiernos a intervenir y tomar responsabilidad y una voluntad política más
fuerte para facilitar la regulación de las migraciones y garantizar la
incolumidad de los familiares de las víctimas “para evitar que los corruptos y
delincuentes eludan la justicia”.