«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu
Vientre!
El 31 de mayo se recuerda
la Visitación de la Virgen María a su prima santa Isabel. Tras el anuncio del
ángel, la Virgen María acude sin demora a casa de su prima Isabel. Puede haber
muchas razones por las que la Virgen María emprendió este viaje: el deseo de
ponerse al servicio de su prima Isabel, sabiendo que esperaba un hijo a una
edad tardía, así como el deseo de comunicar lo que le había sucedido. De este
modo, María se revela como una mujer misionera -al llevar y compartir la
alegría del anuncio- y como una mujer caritativa -al ponerse al servicio de su
prima anciana-.