Mensajera de Dios y Servidora de su pueblo
Padre
de Jesús y nuestro, que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la
Iglesia. Te damos gracias por tu sierva María Crescencia, que te amó con
sencillez…
A
cada invocación respondemos: “Beata Crescencia Pérez, ruega por nosotros”.
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Modelo de mujer, niña, adolescente y joven…
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Fraterna con las Hermanas de Comunidad en lo simple del
quehacer cotidiano…
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Perseverante en la búsqueda de la santidad para hacer siempre
el bien…
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Animadora espiritual de niñas y niños en los colegios y
consoladora de los enfermos en hospitales…
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Llamada a la vida consagrada por Jesús…
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Sembradora de alegría, paz, esperanza y prudencia…
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Pilar espiritual para quienes se encomendaban a sus
oraciones…
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Agradecida por las atenciones recibidas durante su
enfermedad…
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Propagadora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús…
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Tan ansiosa por llegar al Paraíso que pedía: “No me detengan
más”.
Dios
damos gracias por la vida y el legado de la Beata Crescencia Pérez. Amén