Ella llevó una vida sencilla e hizo de la vida cotidiana algo
extraordinario.
La Beata María Crescencia
Pérez nació en San Martín Provincia de Buenos Aires el 17 de agosto de 1897, y
falleció el 20 de mayo de 1932, dejándonos con su obra una enseñanza
inquebrantable de servicio, obediencia y profunda devoción al Sagrado Corazón
de Jesús, un gran amor a la Virgen del Huerto y al santo fundador de la
Congregación San Antonio María Gianelli.
La vida de María
Crescencia Pérez no es sino un mensaje de amor. Llevó siempre en su interior el
fuego de un gran ideal: "Hacerse toda a todos". Este ideal la quemó
por dentro y la estimuló constantemente a donar su vida por la salvación de las
almas. Ella llevó una vida sencilla e hizo de la vida cotidiana algo
extraordinario. Oraba mucho, rezaba el rosario. Nuestra querida Crescencia
nos enseña a acercarnos a Dios, a tener ese encuentro personal con Él y
tomarnos de la mano de María.
La fiesta litúrgica
señalada por el Papa Benedicto XVI para la Beata Crescencia Pérez, es cada 20
de mayo.