lunes, 1 de noviembre de 2021

01 de Noviembre

Solemnidad de Todos los Santos

Una fiesta que nos invita a la esperanza

“Sed, pues, perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto”.

Mt 5, 48

La Solemnidad de Todos los Santos tiene sus orígenes en el siglo IV, cuando el número de mártires de la Iglesia llegó a ser tal que era imposible destinar un día del año para recordar a cada mártir. Entonces, la Iglesia optó por hacer una celebración conjunta para honrar a todos los que habían alcanzado el cielo, en un solo día, una vez al año.

Cuando el 13 de mayo de 610, el Papa Bonifacio IV dedicó el Panteón romano al culto cristiano, consagró el nuevo templo a la Bienaventurada Madre de Dios y a todos los mártires. A partir de entonces, la celebración de Todos los Santos quedó fijada en esa fecha, y así permanecería por muchos años hasta que el Papa Gregorio IV, en el siglo VII, trasladó la celebración al 1 de noviembre. Es muy probable que la decisión del Papa Gregorio haya sido contrarrestar la fiesta pagana del “Samhain” o año nuevo celta, que se celebra la noche del 31 de octubre.

Los santos no son héroes, sino gente común que, en su debilidad, imitan a Jesús al dar sus vidas, por la gracia de Dios. Es el amor el que tiene el poder de transformar a cualquier hombre y hacerlo santo.

El Papa Francisco explica muy bien cuál es el camino a la santidad:

"...todos estamos llamados a la santidad. Los Santos y Santas de todos los tiempos, que hoy celebramos juntos, no son simplemente símbolos, seres humanos lejanos e inalcanzables. Por el contrario, son personas que han vivido con los pies en la tierra; han experimentado el trabajo diario de la existencia con sus éxitos y fracasos, encontrando en el Señor la fuerza para levantarse siempre y continuar en el camino.”

(Ángelus, 1 de noviembre de 2019)

 

No olvidemos nunca que estamos llamados a ser santos. Y que debemos recordar y agradecer la vida de esos hombres y mujeres que lo dieron todo por amor.

¡Feliz día de Todos los Santos!