La bandera es el corazón de nuestra Patria, símbolo de libertad, identidad y unión. Portarla y escoltarla es un honor que distingue a aquellos alumnos que, con esfuerzo, respeto y dedicación, han sabido reflejar los valores que nuestra escuela promueve día a día.
Ser abanderado no es solo un reconocimiento académico: es también un gesto de confianza, porque quienes llevan nuestros colores representan a toda la comunidad educativa y se convierten en ejemplo para sus compañeros.
Este privilegio se sostiene en el trabajo conjunto de la escuela y la familia, primer espacio donde se aprenden las virtudes que luego se fortalecen en el aula. La familia educa, orienta y acompaña; la escuela guía, forma y abre caminos.
Por eso, el honor de portar nuestras banderas significa haber alcanzado el objetivo más profundo de la educación: crecer en conocimientos, en valores y en espíritu, reflejando la esperanza de un futuro mejor y las virtudes que nos inspiran a vivir en paz, solidaridad y fraternidad.
