jueves, 8 de septiembre de 2022

“Sed, asimismo, testigos incansables de esperanza”

Iglesia Argentina celebra cada 8 de septiembre, en la Fiesta de la Natividad de María, el día de la Vida Consagrada.

La vida consagrada es la respuesta del encuentro personal con Dios, que se hace envío y anuncio. Este día debe ser una ocasión para promover el conocimiento y la estima de la vida consagrada como forma de vida que asume y encarna el encuentro con el amor de Dios y con los hermanos, manifestado en la entrega profética desde cada carisma fundacional.

San Antonio María Gianelli vivió con vigor y pasión su misión al servicio del reino de Dios. Solía repetir:  "Dios, Dios, Dios solo". Toda su acción estaba animada por el ardiente anhelo de pertenecer a Cristo. Deseaba servir al Señor en los pobres, en los enfermos y en las personas sin instrucción, así como en los que aún no conocían o no habían encontrado a Dios en su existencia. Abría su corazón a la acogida de los hermanos y se interesaba por toda persona. Sus enseñanzas se encuentran bien expresadas en vuestras Constituciones, que delinean el estilo típico de vuestra familia religiosa:  fidelidad al carisma, viviendo en vigilante caridad evangélica, olvidando el propio interés y las propias comodidades; estar atentas a las necesidades de los tiempos, alegrándoos de haceros todas a todos mediante un compromiso que no conozca otro límite que la imposibilidad o la inoportunidad.

Le pedimos a Nuestra Madre, que bendiga a cada una de las religiosas que forman parte de la Congregación de las Hijas de María del Huerto, religiosas que dan testimonio del carisma “Caridad Evangélica Vigilante”, legado por San Antonio Gianelli.

Hoy les decimos gracias Madre Beatriz, Hermana Inés, Hermana Carina y Hermana Elvira, por acompañarnos como Comunidad Religiosa, por ser nuestro sostén en tiempos difíciles y enseñarnos a caminar bajo el Manto de María del Huerto.