lunes, 9 de mayo de 2022

Solemnidad de la Virgen de Luján

09 de Mayo (trasladada)


Virgen de Luján, Patrona de la República Argentina

Ayer 8 de Mayo fue la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. De tal modo, la Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de Luján, Patrona de la República Argentina, se traslada al lunes 9. Su origen se remonta al año 1630. La devoción a la Virgen de Luján o Nuestra Señora de Luján es una de las más populares del país. También tiene fieles seguidores en países vecinos, ya que, en 1930, el Papa Pío XI la declaró patrona de la República Argentina, Uruguay y Paraguay.

Hacia el año 1630, un portugués de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa, jurisdicción de Córdoba del Tucumán (hoy Santiago del Estero), solicitó a un amigo suyo llamado Juan Andrea que le enviase desde Pernambuco (Brasil), una imagen de la Concepción de María Santísima, con el propósito de venerarla en la capilla que estaba construyendo en su estancia.

Juan Andrea cumplió el encargo y le envió no una, sino dos imágenes de la Virgen, que llegaron al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, con el título de “la Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos.

Ambas imágenes fueron colocadas en sendos cajoncitos y subidas a una carreta para comenzar el viaje a destino. Luego de tres días de viaje, la caravana a la cual se incorporó la carreta hizo un alto a 10 leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para pernoctar en la estancia de Rosendo de Trigueros. Al día siguiente, queriendo proseguir el camino no pudieron mover la carreta. Admirados de la novedad pasaron a individualizar la causa y declaró el conductor del convoy: “Aquí vienen dos cajones con dos bultos de la Virgen, que traigo recomendados para una capilla de Sumampa”, fue entonces cuando un joven negro llamado Manuel dijo: “Sáquese de la carreta uno de los cajones y observemos si camina”. Así se hizo, pero en vano. “Truéquense los cajones”, replicó él mismo. Entonces ocurrió que al cambiar los cajones y al tirar los bueyes la carreta se movió sin dificultad.

El primer sentimiento que embargó el corazón de los troperos y demás personas presentes fue el asombro; y después de las consabidas demostraciones de devoción y respeto, entendiendo que aquella imagen de la Purísima Concepción deseaba quedarse en ese preciso lugar, resolvieron trasladarla a la casa de la estancia de la familia Rosendo. Se trataba de la población más próxima a la vera del camino real, llamada también entonces, por su ocupante actual, de Bernabé González Filiano. Allí la depositaron, en el mejor lugar de la vivienda, y le improvisaron un precario altar, donde comenzó a ser venerada la Santa Imagen.

Con el tiempo, aquella pequeña escultura de sólo 38 centímetros dio origen a la creación del espacio que hasta hoy visitan miles de fieles. El primer santuario se inauguró en 1763, y el 8 de mayo de 1887, el Papa León XXIII decidió coronarla como «Nuestra Señora de Luján», dando origen a su festividad anual.